Entrevista a Ornella una de nuestras Líder de guardia y encargada del programa de voluntariado en CRRE.

Cómo conociste el CRRE?

Orne- yo conocí el CRRE por una compañera de la facultad, ella quería ir a visitarlo hacia tiempo, nosotras estábamos estudiando veterinaria, en primer año, así que queríamos aprender y aplicar todo lo que estábamos estudiando. A mí siempre me gustaron los voluntariados y involucrarme en cosas distintas a lo cotidiano que uno hace, pero nunca había tenido contacto con caballos, les tenía bastante miedo y respeto, no sabía ni como acariciarlos.

Mi compañera me re insistió y empezamos a seguirlos por redes, cada clase mirábamos las fotos, nos enamoramos de los caballos y finalmente fuimos a una visita en donde había dos potrillos sueltos con la gente y se nos dormían encima de nuestras piernas, ahí las dos fue como que no pudimos separarnos más de CRRE. Empezamos el voluntariado, pedíamos el día en el trabajo, me organizaba mi semana en la facultad para poder ir a voluntarear y así empezó todo.

Qué se siente trabajar en un refugio/hospital para caballos?

Orne- nunca me imagine en la vida poder hacer este trabajo y a esta edad, porque todo el mundo te dice que no se puede, que tenes que estar recibido, que nadie va a confiar en vos, que nadie va a poner las manos en el fuego por una persona no recibida. Tenía en claro que quería recibirme teniendo practica y si bien me falta un montón y incluso mi formación secundaria no tenía nada que ver con naturales (Soy maestra mayor de obra) quería hacerlo. No sabía nada de animales, ni idea lo que era una arteria, me sentía en desventaja y insegura cuando hablaba con compañeros que tenían campo o padres veterinarios, sentía que me faltaba un montón que no iba a llegar a competir con ellos a nivel profesional. Hice mi voluntariado por 4 meses y justo se abrió una vacante en el grupo de guardias y me la ofrecieron!!  yo no lo podía creer, se me paro el mundo, fue guau..voy a trabajar con animales, se estaba cumpliendo mi sueño, que desde que empecé veterinaria quería algo así, y la verdad es que así lo tomo todavía, hoy no puedo creer el lugar donde estoy parada, todo lo que aprendí y lo que aprendo todo el tiempo.

A nivel sentimental es re fuerte trabajar en un hospital para caballos, se pasa por un montón de sentimientos, hay que trabajar mucho para controlarlos y aprender a sobrellevarlos, vivís muerte, tristeza, felicidad, mucha adrenalina y todo al mismo tiempo porque son a veces más de 30 caballos en internación, estas preocupado por uno, feliz por otro, triste porque falleció uno por el que luchaste mucho tiempo y hay que hacer convivir todas esas emociones.

Lo lindo del Hospi y el CRRE es que todo lo compartimos con gente que siente lo mismo, nunca encontré tantas personas que sientan lo mismo y que hayan vivido cosas similares, hablamos mucho durante las guardias y todos tuvimos la misma vida o nos involucramos en lo mismo. Siento que muchos nos “arreglamos” o sanamos con los caballos mientras que los curamos y eso lo vuelve un lugar increíble. Acá se viven cosas fuertes, tan emocionantes que no te entra la felicidad en el corazón, lloras de felicidad, te abrazas y otras veces sufrís por muertes injustas, vidas que deja el humano atrás por violencia y distintas circunstancias.. vivir todo eso es posible porque somos muchos conteniéndonos y apoyándonos.

Qué le dirias a alguien que no sabe de caballos pero que le gustaría ser parte?

Orne- les diría que no se queden con que es imposible, que no te frene nadie, que hay que tener la fuerza para sobrepasar los prejuicios que te dice la gente y hacerlo igual o al menos intentarlo y de ultima darte cuenta solo si podes o no, que nadie te lo diga. Estoy segura que si hay algo que queres con todas tus fuerzas y das todo de vos se puede lograr lo que sea.

A mi involucrarme en CRRE me ayudó muchísimo con mi carrera, yo sé que quizás no me recibo en tiempo y forma pero lo que estoy aprendiendo, lo aplico y lo fijo y eso es increíble, incluso he visto compañeros que se replantean la carrera y piensan si vale la pena tanto esfuerzo y si realmente es lo que quieren, y creo que es porque no lo pueden vivir, no están ahí, y te sentís lejos de la realidad. A mí me motivo tanto estar acá que yo ahora me quiero recibir como sea, sé que voy a poder ayudar muchísimos más caballos y otras vidas, te motiva a estudiar a involucrarte, a no bajar los brazos.

Qué caballo o que caso sentís te hizo crecer más o te motivo?

Orne- los potrillos huérfanos me motivaron muchísimo, el hecho de tener en tus manos un bebe que no tiene dientes, que pesa re poquito, que le late a mil el corazón, que me usaba de chupete no lo podía creer, vivir la vida tan de cerca, estar con potrillos que no estarían vivos si no fuera porque intervenimos, en casos que las madres iban a un frigorífico y ellos hubieran nacido en el patio de un frigorífico para morir ahí, el hecho de que dependen de vos para todo, levantarte a alimentarlos cada dos horas, preocuparte como si fueses su madre, desvelarte, cuidar no humanizarlos o por ejemplo pasar de un box donde un caballo o incluso un potrillo estaba muriendo a ver los sobrevivientes durmiendo calentitos en el box de al lado me ayudaba a seguir, me aferraba a que esas vidas sean libres, yo seguí luchando por eso.

Cada caballo que llego a mí me hizo crecer, uno no sabe nada de ellos previamente y cada caso hay que analizarlo puntualmente y acostumbrarse a su carácter, cada paciente es un nuevo desafío, ellos no te pueden decir lo que sienten y les duele así que tenes que aprender a leer tantas cosas y observar, ponerte en el lugar y un poco sentir caballo, es crecimiento continuo.

Qué fue lo más difícil que tuviste que hacer?

Orne- lo más difícil fue tomar la decisión de eutanasiar a un caballo que amaba con todo mi ser, lo trataba siempre, se llamaba Épico y tenía un tumor. No se dejaba curar por mucha gente, yo entendí que tenía que llegar a formar una conexión con él y que pierda el miedo, que entienda que la curación era algo bueno y cada vez que lo curaba era crecer un poco en eso, éramos amigos y me seguía.

 El tumor fue operado varias veces pero había llegado muy avanzado y hizo metástasis, yo sabía que le faltaba poco, aun así se fue en adopción! eso me puso muy feliz porque encontró una familia, conoció el amor, eso que deseamos para cada caballo.. pero el tumor reincidió y su familia lo trajo para que lo tratemos nuevamente lo cual me pareció genial porque querían intentar todo y fue así como volvimos a operarlo, pero esta vez sabiendo que solo le estábamos dando tiempo. La enfermedad avanzo y yo le pedía que por favor si se iba a ir que yo quería estar con él, que no iba a soportar no estar, resistir un mensaje donde me avisen, quería acompañarlo.

Soñé con él en ese tiempo, que fallecía y que yo lo despedía, me fui desesperada al CRRE, Épico estaba bien pero diferente, estaba con dolor y ahí entendí que eran nuestros últimos días juntos, pasaron dos semanas y llego el domingo, el me miro todo el día estaba parado en la tranquera, lo deje pasar y le iba a dar de comer.. ahí empezó a mostrar con actitudes que se sentía mal, le dimos todo para calmarlo pero estaba cada vez peor y hablamos con los veterinarios que me dijeron que era el momento y que tenía que decidirlo, tuve que separar mis sentimientos para que el no sufra y así paso que se fue estando yo con el abrazada.

Tuviste miedo alguna vez?

Orne- miedo la verdad que muy pocas veces, creo que fue más preocupación ante diferentes casos, a veces estar a cargo de una guardia hace que haya cosas que vos no podes transmitir porque tenes que mantener tranquilo al voluntariado y que ellos no carguen con esa responsabilidad. Uno en su cabeza sabe por ejemplo que si un caballo no se para no vive, que si no bostea algo va mal, que todo puede empeorar, hay que estar atento a muchísimas cosas.

Miedo sentí una vez donde no sabía si quería seguir incluso (risas) porque me agarro pánico, inseguridad, fue una situación de urgencia, donde un caballo se ahogaba, se le había cerrado la laringe y había que hacerle una traqueotomía de urgencia, no había tiempo hasta que llegue el vete que venía, estaba comunicándome con el que me decía que hacer, pero nunca lo había hecho y fue re fuerte, encima era un caballo que amaba y tenía miedo de lastimarlo, de equivocarme, fue mucha adrenalina, lo pude hacer bien, lo salve y hoy está vivo fue adoptado por Emi otro voluntario. Fue increíble poder hacerlo, a partir de ahí me prepare muchísimo más cada vez que llegaba un caso, leia todo lo que podia sobre el tema para que nada me sorprenda como con el.

Cómo aprendiste todo lo que hoy haces en las guardias?

Todo lo que aprendí fue gracias a los veterinarios, los encargados de guardia, a ani la podóloga y a Flor la presidente, solo hay que estar abierto a aprender y siempre buscar mejorar hay mucha predisposición para que uno se nutra de las diferentes formas de hacer todo.

Cómo es ser líder de guardia?

Orne- es increíble, difícil y todo el tiempo te pone a prueba. Estas con caballos muy distintos, que tienen mañas, enfermos, con dolor, con heridas y todo eso va cambiando día a día, porque el CRRE todo el tiempo tiene caballos nuevos y caballos que se van en adopción, algún fallecido, el staff de caballos está en permanente cambio y vos te tenes que adaptar a cada situación, levantarte a la madrugada, no dormir, levantar caballos… y encima de todo eso que es re desafiante hay que cuidar al voluntariado, que significa enseñar todo, ellos son la extensión de tus ojos y manos y no se pueden equivocar, hacerles entender todos los manejos no es fácil, hay que generar un equipo de trabajo, confianza, buen ambiente, rutinas, comunicarte, mantener el orden, lleva mucho esfuerzo y tiempo pero me encanta.

Lo más gratificante es que estas rodeado de caballos que por primera vez sienten la libertad y es increible la energía que se siente.

A veces cuando pienso en la importancia de mi tarea, de que yo tengo que cuidar un animal que paso 5, 10, 15 años, a veces casi toda su vida por maltrato, dolor, desconfianza de golpes, de ser sometido y que tengo que devolverle todo eso que no tuvo y que se merece: comida, agua, los mimos, que su día va a ser de puro ocio.

Cuando entendes eso, sentís una gratificación enorme y fuera de rehabilitarlos físicamente, el hacerlo emocionalmente y devolverles eso que siempre tuvieron que tener junto a personas que luchan por lo mismo que vos, con la misma fuerza y los mismos valores, dejando todo de lado haciéndolo solo por ellos es impagable.

Si queres sumarte a la tropilla escribinos a: centrocrre@gmail.com hablemos de caballos que hay muchas historias que merecen ser contadas.